La artista visual Evamaria Deisen tuvo la idea de interactuar con los estudiantes con necesidades especiales de la Upper Class 01, de la escuela de educación especial, Förderschule St. Martin Düngenheim. Evamaria trajo un animal de peluche, un castor, a la clase para dibujar. Atando una cuerda muy larga al castor, cada persona podía dejarlo volar a través de una mesa a otro compañero de clase. Esto fue emocionante para muchos en la clase.
Una vez que un estudiante atrapó al “castor”, la cuerda atada se colocó sobre grandes trozos de cartulina. El estudiante que había arrojado el castor de peluche, luego dibujaba la cuerda con un marcador mágico negro. Todos en la clase participaron, sin importar si sabían lanzar o no. Los compañeros se ayudaron unos a otros entre sí y aplaudieron con entusiasmo a quien arrojó el castor, así como a los que siguieron la cuerda. Pronto, apareció un mosaico de formas sobre los grandes trozos de papel. Fue todo un reto dibujar las líneas.
Luego, cada persona lanzó un dado de color para ver qué color usaría para completar los espacios que generaban las intersecciones e las líneas dibujadas. Fue interesante ver qué forma eligió la clase y qué color se colocó decidido entre los estudiantes. Al final, las piezas del cartel parecían una gran vidriera.
Este proyecto duró muchos días, ya que cada persona de la clase, incluso los profesores, se lo pasaron genial comunicándose e interactuando entre sí. Un estudiante decidió ser director de cine y produjeron un vídeo “La creación de una obra de arte de un castor”. Fue muy emocionante.
El apoyo de la Comisión Europea para la elaboración de esta publicación no implica la aceptación de sus contenidos, que es responsabilidad exclusiva de los autores. Por tanto, la Comisión no es responsable del uso que pueda hacerse de la información aquí difundida.
Comentarios recientes