El apoyo de la Comisión Europea para la elaboración de esta publicación no implica la aceptación de sus contenidos, que es responsabilidad exclusiva de los autores. Por tanto, la Comisión no es responsable del uso que pueda hacerse de la información aquí difundida.

Los pasados viernes 17 y sábado 18 de febrero, Budapest se convirtió en el epicentro del programa EmocionArte en el entorno europeo. Allí se dieron cita representantes del ámbito educativo, social y cultural de Hungría, España, Alemania, Portugal, Bélgica, Italia y Suiza, con el objetivo de intercambiar impresiones acerca de las buenas prácticas nacionales sobre experiencias inclusivas con alumnado de necesidades educativas especiales. En el centro de esas mismas prácticas se encuentra el empoderamiento de los alumnos y alumnas a través de la creación de compañías mixtas de teatro y danza.

En este aspecto, la delegación española de la Fundación Yehudi Menuhin compartimos la experiencia que desarrollamos en Extremadura con el apoyo de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura y de los centros de educación especial de Los Ángeles, Proa y Ponce de León.

Así, al encuentro asistieron dos representantes del CEE Los Ángeles y la artista MUS-E del CEE Ponce de León, Viki López. Esta artista compartió su trabajo a través de un taller de danza inclusiva, mostrando los avances y beneficios del programa aplicada en este ámbito educativo.

En este intercambio europeo, el anfitrión, MUS-E Hungría, mostró el desarrollo de este método en la Escuela Tatabanya. Mediante este trabajo in situ se presentaron las experiencias educativas inclusivas apoyadas en las ponencias de la Dra. Judith Balazs y  los talleres de narrativa de cuentos llevados a cabo por la artista Karina Kecskés. El enfoque de MUS-E Hungría se centró en la importancia de la creatividad como herramienta para fomentar la inclusión en el aula.

El encuentro ha supuesto una oportunidad para conocer diferentes enfoques y formas de emplear la metodología MUS-E para lograr la inclusión en el aula. En este artículo hemos compartido las experiencias que aportamos desde la delegación española y la anfitriona húngara. Pero cada país presentó sus proyectos, evidenciando la necesidad de seguir trabajando en este ámbito y compartiendo las herramientas necesarias para lograrlo en toda Europa. La diversidad de enfoques y realidades enriqueció las discusiones y permitió a los participantes encontrar nuevas formas de enfrentar desafíos comunes.

Dos días de experiencia enriquecedora y motivadora para todos los participantes que han demostrado su compromiso en la promoción de la inclusión educativa. Agradecemos a la Escuela Tatabanya y a MUS-E Hungría el esfuerzo realizado y su hospitalidad. Ha sido una cálida acogida que nos ha dejado claro que el trabajo en red, el compartir experiencias y, sobre todo, el sumar esfuerzos por encima de fronteras e idiomas puede conseguir una sociedad más inclusiva y justa, donde cada persona tenga las mismas oportunidades de desarrollo y crecimiento.

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