Las nuevas tecnologías también suponen, en ocasiones, una barrera para las personas con diversidad funcional. Son, también, grandes aliadas para acercarles y acercar realidades, ayudar en la integración y fomentar la igualdad tal y como defiende el programa EmocionArte que se desarrolla en Europa de la mano de la cofinanciación del programa Erasmus+.
Cara y cruz de una misma moneda. Mientras las tecnologías han puesto toda la información y saber humano en la palma de la mano, también han llevado el aislamiento social a cotas pocas veces vistas con anterioridad.
Esto ha llevado a que los casos de problemas psicológicos, especialmente en los más jóvenes, hayan aumentado exponencialmente. Por eso, los alumnos y alumnas del CPEE San Cristóbal de Asturias han abordado en su último vídeo sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) precisamente esto, el objetivo 3 de salud y bienestar, y se pregunten ¿qué ocurriría si dejara de funcionar la tecnología?
Un trabajo, como los anteriores sobre contaminación y el agua que han participado en la “Noche Blanca” en la Factoría Cultural de Avilés en Asturias. Un certamen que el pasado 9 de junio ha celebrado su edición número trece, en la que se han ofertado 70 actividades culturales gratuitas relacionadas con el teatro, la música y el arte en general. Tras visualización de los cortos se realizó un taller sensorial y vivencial a cargo de la artista Anacelia Álvarez quien ha sido, a la vez, directora de estos cortos. Unos trabajos que cumplen con el objetivo de educar, transmitir y transformar a través del arte:
EmocionArte es posible gracias a la colaboración del Programa Erasmus+ de la Unión Europea, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la Consejería de Educación del Principado de Asturias, la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado de Asturias y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de la campaña de subvenciones 0,7%.
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