Cualquier ocasión es buena para mostrar la imagen más amable de la diversidad y el potencial del corazón. Formar no es simplemente transmitir un conocimiento. Es hacer que la persona crezca de múltiples maneras y en esto, como en casi todo, se puede hacer muy bien, o todo lo contrario.
El programa EmocionArte manifiesta en uno de sus objetivos lo siguiente:
Favorecer la mejora de la calidad de vida de personas con discapacidad, su desarrollo personal y cultural, desarrollando su autonomía personal, el empoderamiento, el emprendimiento y su capacidad de superación, a fin de potenciar la confianza y la seguridad en sí mismos, sus niveles de autoestima y su auto-concepto. Facilitaremos el desarrollo de la sensorialidad, sensibilidad, afectos y emociones y su potencial cognitivo favoreciendo las situaciones de aprendizaje y la adquisición de un modo de comunicación positivo con el entorno.
Conseguir este empoderamiento desde el arte es esencial y se puede hacer de múltiples maneras. Hoy compartimos un ejemplo de éxito para toda la red europea del programa: el del CPEE San Cristóbal de Avilés (Asturias).
A través de diversas sesiones, los alumnos y alumnas del centro han trabajado con sus propias manos elaborando llaveros y realizando obras desde las artes plásticas para realizar posteriormente un mercadillo solidario para apoyar diversas causas. Una forma de conseguir autonomía y demostrar su emprendimiento al ser capaces de organizar, desarrollar y producir un evento para apoyar una causa en la que creen, y no ser, como suele pensarse, receptores de ayudas.
Convertirse, en definitiva, en vectores activos de cambio en lugar de ser receptores pasivos de ayudas. Parece una diferencia nimia, pero para su empoderamiento, es fundamental.
Asimismo, y desde el arte del teatro, montaron, produjeron y pusieron en escena una versión del Cascanueces para la representación navideña frente al público. Con ello también mostraron lo capaces que son de realizar una labor, como la actoral, de una forma absolutamente solvente. Cuestión que redunda en su confianza, seguridad y felicidad.
Una felicidad que el arte les ayuda a alcanzar de múltiples maneras, a veces sin pensar en un objetivo final, sino como simple parte del proceso en forma de talleres, juegos o experiencias únicas: como convertirse en DJ por un día. ¿Quién sabe? Quizás de estas experiencias surjan vocaciones profesionales. De momento, nos demuestran aquello de “querer es poder”
El CPEE San Cristóbal participa programa EmocionArte cofinanciado por el Programa Erasmus+ de la Unión Europea. Además ha participado y colaborado también la Consejería de Educación del Principado de Asturias y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de su convocatoria del 0,7%.
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